¿Alguna vez has oído hablar de Labubu? Imagina un elfo-monstruo con orejas puntiagudas y una sonrisa pícara. Eso es Labubu. Creado por el artista Kasing Lung, se ha convertido en una locura mundial gracias a Pop Mart y sus famosas «cajas sorpresa». No es solo un juguete, es un trozo de cultura pop que la gente se rifa. Lo que empezó como una figura de vinilo se ha transformado en un objeto de deseo que puede llegar a valer una auténtica pasta. Son como esos elfos monstruosos súper chulos que de repente están por todas partes y todo el mundo quiere uno. Imagina unos muñecos con caras graciosas y un toque animal, ¡así son! Los creó un artista de Hong Kong llamado Kasing Lung, y Labubu es el prota de su serie «The Monsters». Aunque existen desde 2015, la cosa se puso seria en 2019 cuando se unieron a Pop Mart. ¿Y quién es Pop Mart? Pues una empresa china que es la caña, ¡han conseguido que comprar juguetes sea lo más ‘in’ entre la gente joven y con pasta en China! Son los reyes de los ‘designer toys’. Aunque Labubu parezca un poco travieso con sus dientes afilados, en realidad es un personaje súper bueno, inspirado en historias antiguas de la mitología nórdica. Nada de rollos raros, ¡es pura fantasía!  

Una de las claves de que Labubu y Pop Mart lo estén petando son las famosas «blind boxes» o cajas sorpresa. Piensa en esto: compras una caja y no sabes qué figura te va a tocar hasta que la abres. ¡Es como un sorteo o una búsqueda del tesoro cada vez! Esa emoción de la sorpresa hace que quieras comprar más y más, buscando completar tu colección o encontrar esa figura súper rara que nadie tiene. Pop Mart ha sido muy listo creando una «escasez artificial» y jugando con nuestra cabeza. Es como cuando todo el mundo quiere algo y tú también lo quieres para no quedarte fuera, o cuando te enganchas a un juego y no puedes parar. Esa estrategia es brutal para que la gente se vuelva loca por ellos y los precios suban como la espuma en el mercado secundario. Es la clave para que estas figuras valgan tanto.  

De un sueño nórdico a icono global

What is Pop Mart Labubu So Popular?

¿De dónde salió Labubu? Pues de la cabeza de Kasing Lung, un artista que vivió en Europa de pequeño y se empapó de historias de elfos y monstruos nórdicos. Así nació su serie «The Monsters», y Labubu, con sus orejas puntiagudas, sonrisa pícara y dientes de sierra, se convirtió en la estrella. ¡Ah, y un dato curioso: Labubu es una chica, según su creador!  

Pero la verdadera explosión de Labubu llegó en 2019, cuando se unió a Pop Mart. ¡Fue como si de repente todo el mundo quisiera uno! Y ojo, que las celebrities ayudaron un montón. ¿Te suena Lisa de Blackpink? Pues en abril de 2024 subió fotos con un Labubu gigante y un llavero en su bolso, ¡y la locura se desató! Rihanna y Dua Lipa también se apuntaron a la moda, haciendo que Labubu fuera aún más deseado.  

Las redes sociales, sobre todo TikTok e Instagram, fueron clave. Millones de vídeos de gente abriendo sus cajas sorpresa (los famosos «unboxings») o enseñando sus colecciones se hicieron virales, transformando a Labubu en un «favorito de culto» y, para muchos, en una verdadera «obsesión». De hecho, más del 72% de la gente que compra estos juguetes se inspira en lo que ve en redes, con Instagram influyendo en el 49% y TikTok en el 38% del comportamiento del comprador. La demanda fue tan bestia que había colas enormes en las tiendas y máquinas expendedoras de Pop Mart, ¡y hasta peleas! Algunos lo llamaron «Los Juegos del Hambre de Labubu». Incluso ha habido casos de robos y contrabando de figuras, ¡imagínate lo que valen!  

Todo esto es un círculo vicioso (en el buen sentido). Cuando una celebrity o un influencer muestra un Labubu, la gente en redes se vuelve loca, la demanda sube, las figuras se vuelven más difíciles de conseguir (escasez artificial), los precios en el mercado secundario se disparan y más gente famosa y medios se fijan. Es como una bola de nieve que no para de crecer, ¡mucho más rápido de lo que crecería si solo fuera por lo bonitas que son!  

Y aquí viene lo interesante: Labubu y Pop Mart tienen una estrategia muy guay. Por un lado, la amplia red de tiendas y máquinas expendedoras de Pop Mart, conocidas como «roboshops», hace que Labubu sea ampliamente accesible para el público. Pero, por otro lado, las ediciones limitadas y las cajas sorpresa hacen que las figuras más buscadas sean súper difíciles de encontrar. Así, la marca es conocida por todos, pero las piezas más raras son un tesoro para los coleccionistas más serios. Es como un embudo: mucha gente conoce la marca, pero solo unos pocos tienen las piezas más valiosas. ¡Y eso es lo que mantiene el interés y el valor a tope!  

Valor de los Labubu en el mercado

Labubu Mart | Shop Pop Mart Labubu Figures, Plush & Blind Boxes

¡Prepárate para esto! El valor de Labubu en el mercado secundario es una locura. Te lo explico con números para que veas la pasta que se puede mover:

Imagina una figura de edición limitada que en China costaba unos 99 yuanes, que son como 11,88 euros (considerando una tasa de cambio de 1 CNY ≈ 0,12 EUR). ¡Pues ahora alcanzan valores de más de 2.600 yuanes en el mercado secundario, que son unos 312 euros! Eso es como si algo que te costó 10 euros de repente valiera más de 300. ¡Un aumento de más del 2.500%!

En sitios como StockX, donde la gente compra y vende cosas exclusivas, la historia es parecida. Una figura que salió por unos 50 dólares estadounidenses (USD), que se traducirían en unos 46,50 euros (asumiendo 1 USD ≈ 0,93 EUR), se negocian actualmente en un rango de entre 143 USD y 310 USD, lo que equivale a aproximadamente 132,99 euros y 288,30 euros respectivamente. ¡Eso es entre un 186% y un 520% más! Las figuras estándar de Pop Mart suelen costar entre 15 USD y 25 USD, es decir, entre 13,95 euros y 23,25 euros. Pero las ediciones limitadas, las que todos quieren, pueden alcanzar más de 380 USD (aproximadamente 353,40 euros) en el mercado secundario. ¡Eso es hasta 25 veces su precio original!  

Aquí te dejo algunos ejemplos concretos de StockX para que alucines:

  • Una figura llamada «Pop Mart The Monsters Labubu Catch Me If You Like Me Secret Edition Figure Pink» se vendió por unos 1.371,75 euros, con un precio de lista de 1.376,40 euros. ¡Casi nada!  
  • Otra colaboración, la «Pop Mart The Monsters Labubu x Vans Oldskool Monsters Forever Vinyl Plush Doll», se lanzó por 4.185 euros y se ha vendido por hasta 3.906 euros. ¡Ahí es nada!  
  • La figura «Pop Mart Labubu The Monsters I Found You Vinyl Doll» se lanzó a 155,31 euros.  
  • En eBay, sets completos como «POPMART LABUBU 3.0 Big Into Energy WHOLE SET Sealed IN HAND» se han listado por 218,54 euros o incluso 288,30 euros. Y si quieres la emoción de una caja sorpresa individual, te puede salir por unos   42,99 euros.  

Pero la cosa no se queda ahí. Labubu ha llegado a las subastas de arte, ¡sí, has oído bien, ARTE!

  • Un Labubu de la serie «Three Wise» se vendió por unos 26.319 euros en una subasta de Sotheby’s.  
  • Otro modelo, la colaboración «Sacai x Seventeen x Labubu», alcanzó los 29.062,50 euros.  
  • ¿El récord? Una figura de Labubu de tamaño real (¡131 cm de alto!), de color verde menta, se vendió por más de 158.100 euros en una subasta internacional de Yongle en Pekín. ¡Y otra por unos   130.000 euros en una subasta en Pekín!  

¿Te das cuenta? La diferencia entre lo que cuesta un Labubu al principio y lo que puede llegar a valer en el mercado secundario o en subasta es brutal. Esto significa que ya no son solo «juguetes», ¡son piezas de «arte de diseño» o «coleccionables de lujo»! Su valor no es por el plástico que llevan, sino por lo raros que son, lo chulos que son, las marcas con las que colaboran y lo famosos que se han vuelto. Para un coleccionista, esto es clave: no estás comprando un simple muñeco, estás comprando un trozo de un fenómeno cultural que puede valer una pasta. Eso sí, también significa que el mercado puede ser muy dinámico, porque el valor real del material es casi nada comparado con el precio que la gente está dispuesta a pagar.

¿Labubu como grial? La magia detrás de la demanda de consumo

¿Por qué Labubu es tan codiciado? ¡Es la mezcla perfecta de cosas que nos encantan!

Primero, la exclusividad y las cajas sorpresa. Imagina que el 67% de la gente que compra estos juguetes solo quiere las ediciones limitadas. ¡Normal! Quieres lo que pocos tienen. Y las «blind boxes» son la bomba: no sabes qué te va a tocar hasta que abres la caja, ¡es pura adrenalina! Esa sensación de que algo es «difícil de conseguir» hace que lo desees más. Aunque algunos dicen que esto te puede enganchar demasiado, ¡para los coleccionistas es el paraíso!  

Segundo, las colaboraciones y la cultura pop. Pop Mart se ha aliado con marcas gigantes como Coca-Cola y One Piece, ¡y hasta han sacado figuras exclusivas en el Louvre de París! Casi el 45% de los lanzamientos de juguetes de arte en 2024 incluyeron colaboraciones con artistas, mientras que un 34% estuvieron vinculados a marcas de moda o de lujo. Labubu tiene más de 300 versiones diferentes, con colores, tamaños y temas únicos, ¡así que siempre hay algo nuevo que buscar! Por ejemplo, la figura que hicieron con Vans llegó a valer unos 2.790 euros en el mercado secundario de StockX.  

Estas colaboraciones son como un «efecto mágico». Hacen que Labubu no sea solo un juguete, sino algo con un toque de alta costura, arte o algo súper cultural. No es solo un diseño nuevo, es que Labubu se asocia con estilos de vida que molan y con artistas ya famosos. Esto justifica precios más elevados y amplía su atractivo para un coleccionista más adinerado o consciente de las tendencias. Pasa de ser un simple muñeco a ser una «obra de arte» para muchos, ¡y eso dispara su valor y lo hace más deseable!  

Pero hay algo más allá del dinero: la conexión emocional. Para muchos, Labubu no es solo un juguete, es un «sueño de coleccionista», un «icono cultural» que te hace sentir alegría, picardía y creatividad. Los coleccionistas van más allá: les ponen ropa en miniatura, les hacen la manicura, les ponen accesorios hechos a medida… ¡los tratan como si fueran sus pequeños compañeros con estilo! Invierten tiempo y cariño, no solo dinero, y eso crea un vínculo súper fuerte. Labubu te trae esa «nostalgia emocional» y esa «maravilla infantil» que te hace sentir como un niño. Hoy en día, la gente joven no busca solo algo útil, busca algo que les «llegue» y que hable de su «identidad personal».  

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Cuando personalizas tu Labubu y lo compartes con la comunidad, el valor se multiplica. Cuando los coleccionistas personalizan sus figuras y las tratan como compañeros, el apego emocional y el sentido de pertenencia se profundizan más allá de la mera posesión. El acto de personalización transforma un artículo producido en masa en una «pieza de arte» única e individualizada para cada propietario. Esta «co-creación» de valor, donde el coleccionista invierte su propia creatividad y tiempo, mejora tanto el valor percibido como el vínculo emocional con la figura, haciendo que los propietarios sean menos propensos a vender y más propensos a adquirir aún más en su colección. Este fenómeno es un potente motor de demanda y valor sostenidos. No es solo el artista o la marca quienes crean el valor; es la comunidad de coleccionistas, a través de su personalización y la compartición en redes sociales, quienes elevan colectivamente el significado cultural y el capital emocional de Labubu. Esto transforma la «adquisición» en algo más que un retorno financiero puro, convirtiéndola en una adquisición en un estilo de vida, una identidad y una comunidad. Esa motivación puede ser incluso más fuerte para la tenencia a largo plazo que la búsqueda de valor, lo que a su vez hace que el mercado sea más resistente a fluctuaciones menores, ya que los coleccionistas apasionados son menos propensos a vender por pánico.  

Riesgos y consideraciones de este nuevo jugador

¡Ojo! Adquirir Labubu es emocionante, pero también tiene sus movidas. Imagina que el mercado de coleccionables es como una ola gigante en el mar. A veces, una ola como la de Labubu se hace enorme y todos quieren surfearla, ¡los precios se disparan! Pero, como las olas, pueden romperse y dejarte tirado. La clave es saber si estás en una ola que va a durar o en un tsunami fugaz y de alta volatilidad.

Labubu tiene el riesgo de ser una «burbuja», como pasó con los populares NFTs. La historia nos dice que, después de mucho «hype» (cuando algo está súper de moda), muchos productos vuelven a la normalidad o sufren las consecuencias de una burbuja especulativa. La actual tendencia de Labubu evoca la «fiebre de los Ty Beanie Baby» de finales de los años 90, donde una percepción de escasez impulsó transacciones en el mercado secundario, pero la «burbuja estalló», aunque algunas piezas aún conservan valor. Los expertos financieros advierten contra el «entusiasmo desmedido» y la «búsqueda de ganancias rápidas» en los mercados, señalando que la mentalidad de que «no hay precio demasiado alto» es una clara señal de alarma. El fundador de Pop Mart, Wang Ning, ha visto su fortuna dispararse a más de 18.800 millones de euros hasta 19.530 millones de euros , en gran parte gracias al éxito de Labubu. Y la propia Pop Mart proyecta un aumento del 350% en las ganancias y del 200% en los ingresos para la primera mitad de 2025 , impulsado en gran medida por Labubu. Un crecimiento corporativo tan rápido, sostenido por una única propiedad intelectual, podría ser un indicio de un mercado concentrado y potencialmente volátil.

La naturaleza dinámica de los coleccionables impulsados por el «hype» se diferencia del valor artístico intrínseco. El ascenso meteórico de Labubu está explícitamente ligado al «hype», al «FOMO» (miedo a perderse algo) y a la búsqueda de valor en el mercado secundario. Las comparaciones con fenómenos pasados como los Beanie Babies sugieren que una parte significativa del valor actual de Labubu no se basa en su mérito artístico inherente o su utilidad, sino en el sentimiento del mercado y la expectativa de futuros aumentos de precios. Para un coleccionista, esto implica la necesidad de diferenciar entre «coleccionar por pasión» y «adquirir para obtener ganancias». Aunque Labubu es chulo y tiene su historia , su rápida apreciación se debe en gran medida a la demanda impulsada por el interés en el mercado secundario. Una burbuja implica que los precios se han desvinculado de la realidad. Si el «hype» disminuye o si surge un nuevo coleccionable viral, la idea de que «siempre habrá alguien dispuesto a pagar más» podría colapsar, dejando a los compradores tardíos con pérdidas significativas. El coleccionista debe evaluar si se siente cómodo con este nivel de riesgo de mercado o si su motivación principal es el disfrute intrínseco de poseer la pieza.  

Otro peligro son las falsificaciones. Como Labubu es tan popular y caro, han salido un montón de copias. ¡Tienes que ser un detective para saber si es original! Aquí te dejo unas pistas:  

  • Pintura: Los originales tienen la pintura precisa y perfecta, sin manchas ni colores corridos.  
  • Textura y peso: Los Labubu de verdad son firmes, de alta calidad y tienen un peso considerable. Los falsos suelen ser más ligeros, huecos o se sienten «plasticosas».  
  • Olor: Los originales tienen un olor neutro. Los falsos huelen a químicos baratos.  
  • Empaque: Las cajas auténticas tienen los logos de Pop Mart y «The Monsters» súper claros y los códigos impresos con buena resolución. Las falsas pueden ser más brillantes o con un aspecto más «plasticoso».  
  • Código QR o pegatina: Muchos originales incluyen un código QR o una pegatina de autenticidad que se puede escanear para verificar su origen. ¡Si no lo tiene, sospecha!  
  • Base: La impresión en la base de la figura debe ser nítida y duradera.  
  • Dientes y orejas: Los Labubu auténticos tienen nueve dientes , y sus orejas y otras características deben ser firmes y bien definidas.  
  • Luz UV: Algunas figuras originales incluso tienen una marca en las patas que brilla bajo luz ultravioleta.  
  • Precio y tienda: Si el precio parece «demasiado barato» (algunas falsificaciones valen solo 4 euros) o la compra se realiza en una tienda poco fiable, ¡es muy probable que se trate de una réplica!  

Las falsificaciones son un rollo porque hacen que la gente desconfíe y el valor de las colecciones baje. La existencia de réplicas diluye el mercado, dificultando a los coleccionistas genuinos la verificación de la autenticidad y, potencialmente, disminuyendo el valor percibido de toda la colección. Esto crea un entorno de «cuidado con el comprador», donde los compradores desconfían de adquirir artículos no auténticos sin saberlo. Para los coleccionistas, el aspecto de «adquisición» no se limita a la apreciación del precio, sino que también implica un esfuerzo significativo en la diligencia debida para asegurar la autenticidad. El riesgo de adquirir una falsificación puede anular por completo cualquier valor percibido y dañar la integridad de una colección. Y a diferencia de las inversiones normales, este mercado no está regulado, lo que incrementa el riesgo asociado.  

También hay costos ocultos. Guardar tus figuras de Labubu no es gratis. Necesitas espacio físico y protección adecuada para mantener su valor a largo plazo. Una vitrina iluminada para figuras coleccionables puede costar alrededor de 52,27 euros. Cajas organizadoras más pequeñas, como las de cartas cortadas con láser, pueden encontrarse por unos 2,51 euros. Y si quieres algo más chulo con estantes con luces LED, pueden ascender a unos 97,57 euros. Incluso soluciones de almacenamiento oculto para objetos pequeños, adaptables para figuras, pueden costar alrededor de 108,04 euros.

Estos gastos, aunque parezcan pequeños, se suman, sobre todo si tienes muchas figuras. Incluyen la protección contra el polvo, el control de la humedad y la temperatura para materiales delicados, y el seguro para artículos de alto valor. Para un coleccionista, estos gastos reducen directamente el valor neto de la adquisición. Para un coleccionista, son parte intrínseca del pasatiempo, pero para quien busca ganancias, representan un lastre para el valor a largo plazo. Esto subraya que los coleccionables no son adquisiciones de «establecer y olvidar», sino que requieren una gestión y un mantenimiento continuos.

Por último, la facilidad para venderlas (lo que se llama «liquidez»). Puedes vender tus Labubu en sitios como StockX o eBay. Este mercado es esencial porque proporciona «liquidez», lo que facilita la compra y venta de los artículos y ofrece una transparencia de precios. Pero, si el «hype» baja o la moda cambia, puede que te cueste más vender tu Labubu, y quizás no al precio que quieres. Así que, aunque haya sitios para vender, la capacidad de monetizar una colección a un precio deseado no está garantizada y está sujeta a la volatilidad del sentimiento del mercado.  

Labubu en el playground de marcas comerciales

Para entender si Labubu es una buena «adquisición», vamos a compararlo con otros juguetes chulos y con las inversiones de verdad.

En el mundo de los «art toys» (juguetes de diseño), Labubu no está solo. Tiene a sus «rivales» y «amigos»:

  • Be@rbrick: Son esas figuras de oso, fabricadas por MediCom Toy Corporation en Japón, que son un referente en el coleccionismo de arte. Artistas y marcas de renombre como Karl Lagerfeld y H.R. Giger los han diseñado. Algunas figuras de Be@rbrick se venden por miles de euros, ¡con ejemplos que superan los   14.000 euros! Pero para sus coleccionistas, la apreciación del valor es a menudo considerada un «bonus» y no el objetivo principal de la colección. Además, los nuevos suelen salir en masa, lo que los hace más accesibles, pero también puede limitar su apreciación a largo plazo en comparación con piezas más raras.  
  • KAWS: Las creaciones de Brian Donnelly, conocido como KAWS, son otro pilar en el mercado de los «designer toys». Las figuras de KAWS tienen un rango de precios muy amplio, desde menos de 100 USD (aproximadamente 93 euros) hasta más de 5.000 USD (aproximadamente 4.650 euros). Algunas figuras, como «GONE» (2019) y «Together» (2018), son muy buscadas y se pueden conseguir por menos de 1.000 USD (aproximadamente   930 euros). Las colaboraciones y ediciones limitadas también impulsan su valor, con piezas que alcanzan precios muy elevados.  
  • Funko Pop: A diferencia de Labubu, Funko Pop es una marca producida por una empresa que cotiza en bolsa, Funko Inc. (FNKO). El precio de sus acciones puede subir y bajar mucho, y la compañía ha reportado pérdidas en años recientes, aunque se proyecta un retorno a la rentabilidad para 2025. Esto te enseña que, aunque las figuras individuales puedan ser coleccionables, la adquisición en la empresa subyacente puede no ser siempre rentable. El valor de Funko Pop se basa en la licencia de propiedades intelectuales populares, lo que crea una demanda constante pero también una producción masiva que limita la rareza de la mayoría de sus figuras.  

Ahora, si comparamos Labubu con las inversiones «de verdad» (como comprar acciones o ETFs), hay que ser listos. Las adquisiciones de coleccionables como Labubu, impulsadas por el «hype» y la «mentalidad de jugador» de las cajas ciegas , es muy diferente a invertir en la bolsa. En el mercado de valores, el valor se basa en los fundamentos de una empresa, sus ganancias y su potencial de crecimiento. La «regla número uno» de Warren Buffett es «no perder dinero», y la segunda, «no olvidar la regla número uno». En el mundo de los coleccionables, el valor puede ser subjetivo y altamente volátil, influenciado por modas pasajeras y la búsqueda de valor en el mercado secundario. Adquirir algo que no genera beneficios y cuya valoración no está justificada puede ser extremadamente riesgoso. Las modas pasan, pero el patrimonio se construye con decisiones financieras sólidas y diversificadas.  

¿Vale la pena o qué?

Entonces, ¿comprar o no comprar Labubu? Labubu es un fenómeno brutal. Ha convertido muñecos baratos en objetos súper valiosos, ¡incluso en piezas de subasta que valen miles y cientos de miles de euros! Este ascenso se debe a una combinación maestra de diseño artístico único, el ingenioso formato de «blind box» que genera emoción y escasez artificial, y una amplificación masiva a través de colaboraciones con grandes marcas y el respaldo de celebridades en redes sociales. Labubu ya no es solo un juguete, es «arte coleccionable», y su precio depende de lo raro que sea y lo famoso que se haya vuelto. Además, la conexión emocional que la gente tiene con ellos, personalizándolos y compartiéndolos en comunidad, también contribuye a sostener su demanda.

Pero, ¡ojo! Si eres un coleccionista listo, tienes que saber que hay riesgos. El mercado de Labubu, como otros coleccionables impulsados por el «hype», muestra características de un mercado dinámico y con potencial de volatilidad, con riesgos de burbuja similares a los observados en fenómenos pasados como los Ty Beanie Babies. La rápida apreciación del valor puede no ser sostenible a largo plazo si se basa únicamente en el sentimiento del mercado y el «miedo a perderse algo» (FOMO), en lugar de en fundamentos de valor intrínseco. También hay un montón de falsificaciones, así que tienes que ser muy cuidadoso para no comprar una copia. La proliferación de falsificaciones es una amenaza significativa que puede erosionar la confianza y el valor de las colecciones, requiriendo una diligencia extrema para verificar la autenticidad. Y no te olvides de los gastos de guardarlos y cuidarlos, que también suman. Los costos ocultos de almacenamiento y conservación, aunque a menudo ignorados, pueden impactar el valor neto de la adquisición. Finalmente, aunque puedes venderlos en el mercado secundario, la facilidad y el precio de venta pueden fluctuar drásticamente con los cambios en la demanda y el «hype».

Aquí van unos consejos para ti, coleccionista inteligente:

  • Diferenciar pasión de valor adquisitivo: Lo mejor es que la motivación principal para adquirir un Labubu sea el disfrute personal, la apreciación artística y la conexión emocional con la figura. Así, si su valor baja, seguirás teniendo algo que te encanta.
  • Conciencia de la volatilidad: Es fundamental comprender que el mercado de Labubu puede ser muy dinámico. Los precios elevados pueden ser insostenibles, y el valor puede disminuir rápidamente si el «hype» se desvanece. No se debe adquirir más de lo que se esté dispuesto a perder.
  • ¡Cuidado con las falsificaciones! Dada la prevalencia de falsificaciones, es imperativo verificar la autenticidad de cada figura antes de la compra. Se deben examinar cuidadosamente la calidad de la pintura, la textura y el peso del material, el olor, los detalles del empaque, la presencia de códigos QR o sellos, y la impresión en la base. Comprar a vendedores de confianza es crucial.
  • Piensa en los gastos extra: Se deben tener en cuenta los gastos asociados con el almacenamiento, la exhibición y la conservación de las figuras. Estos costos operativos pueden reducir el valor neto de la adquisición a largo plazo.
  • Diversificación (si aplica): Si el objetivo es la búsqueda de valor, no se debe concentrar todo el capital en un solo tipo de coleccionable. La diversificación a través de diferentes categorías de «art toys» o, más ampliamente, en inversiones financieras tradicionales, puede mitigar el riesgo.
  • Infórmate bien: Antes de realizar una compra significativa, se aconseja investigar a fondo el modelo específico, su rareza, el historial de precios en el mercado secundario y las tendencias generales del coleccionismo.

Labubu es un coleccionable fascinante que ha demostrado una apreciación de valor significativa, impulsada por una combinación única de arte, marketing y fenómeno cultural. Sin embargo, como con cualquier adquisición en un mercado impulsado por el «hype», la precaución y una comprensión clara de los riesgos son esenciales para el coleccionista astuto.