
La celebración mutante que encendió el coleccionismo… y el duelo de tentáculos que redefinió el acero
La vigilia comienza cuando un puñado de pestañas captura el primer reflejo de la promo en la pantalla: el logo de Marvel Legends junto al nombre de Spider‑Man Hellfire Gala y, unos segundos más tarde, la doble portada de War Machine vs Omega Red. Para el coleccionista curtido, es un déjà vu que remite a aquellas madrugadas frente a los formularios pre‑SDCC, actualizando pestañas de Walmart con el mismo cuidado que se hojeaba el catálogo de convención en papel. Ahora, tras semanas de filtraciones en foros, McFarlane cede el pulso a Hasbro: es hora de embutir en plástico la elegancia de un desfile mutante y el frenético choque de metal contra tentáculos.
Cuando Spider‑Man recibió su invitación a la Gala del Fuego Infernal, pocos imaginaron que el traje de alta costura del diseñador Jumbo Carnation trascendería las viñetas para convertirse en pieza de vitrina. Este Spider‑Man Hellfire Gala no se conforma con el rojo acostumbrado: la tela sintética que recubre el torso simula un satén suave, interrumpido por texturas de lentejuelas moldeadas en plástico cristalino. El acabado semibrillo de la pintura platinum rose realza cada pliegue, mientras que los degradados en el relieve del pecho mantienen el pulso de la luz, evocando las sombras que Art Adams dibujó en el cómic original. La figura, a escala aproximada de 15 cm, despliega articulaciones en hombros, codos, muñecas, cintura, caderas, rodillas y tobillos: dieciséis ejes de movimiento que rivalizan con la flexibilidad felina de Peter Parker en escena.
En el doblaje de estas piezas se palpa el eco de aquella línea Black Light de hace una década, cuando Hasbro introdujo brillos UV que cautivaron a un público más sensible a los efectos especiales. Aquí, el barniz semitransparente sobre la araña central y las ventosas de las manos no es un truco de feria: funciona como un guiño a los neones del desfile mutante, recogiendo las miradas de quien ha visto en el cómic el contraste entre traje y pasarela. Dos manos intercambiables adicionales permiten recrear el gesto de balanceo con telaraña, mientras que un soporte transparente con brazo articulado asegura poses de salto que desafían la gravedad de la vitrina.
Un primer vistazo técnico: Marvel Legends Series



El estuche conserva el formato window box de la línea Classics, pero introduce un inserto interno de cartón con fragmentos de portada en relieve, rescatando la práctica de imprimir texturas táctiles que la línea Legends había abandonado tras aquella edición de Loki en trono. El ejemplo de la textura en bajo relieve de la entrada al Salón Imperial de Krakoa reaparece como fondo de escena, de forma que el coleccionista puede conservar el packaging como parte de la exhibición, en un equilibrio entre pieza nueva y relicario de memoria.
La otra cara del lanzamiento contrapone la sofisticación de la Gala con el metal implacable de James “Rhodey” Rhodes y el terror biotecnológico de Omega Red. War Machine vs Omega Red imprime la brutalidad con once accesorios: entre ellos, varias manos para ambos contendientes, tentáculos acoplables de un PVC flexible y un puño magnético para anclar al villano a la base. El sistema de imanes, heredado de la serie Modular Armor introducida en 2017, permite ensamblar las extremidades de Omega Red con precisión milimétrica, sin exceso de holgura ni fragmentos sueltos que solían aparecer en los lanzamientos de tentáculos rígidos de los años noventa.
La coraza de War Machine exhibe un púrpura oscuro bruñido, aplicado por aerógrafo en capas sucesivas que dejan ver leves vetas metálicas. El desgaste simulado en los bordes —pequeños desconchones con base gris propulsada— recuerda a las escaramuzas que Rhodey libró en Wakanda durante Secret Invasion, cuando su armadura crujió bajo las embestidas de invasores Skrull. Las uniones de las placas responden con un chasquido contenido, compensado por juntas de ABS reforzado que minimizan las fracturas en los puntos de tensión.
El Ranger de Tony Stark se articula con veintidós ejes de giro: un conjunto atípico en figuras de esta escala, que permite reproducir ángulos de disparo imposibles en anteriores líneas Gamerverse. El cañón sobre el hombro gira hacia adelante con un sistema de rótula interno, mientras que el lanzamisiles de la espalda se desliza con un recorrido largo sin rozar con la capa de Omega Red. Este sistema multipunto sobrepasa aquella iteración de War Machine que debutó en la edición Avengers vs Ultron, donde la cápsula dorsal quedaba bloqueada en un ángulo fijo, arruinando poses dinámicas.
Omega Red, por su parte, combina texturas rugosas en el torso con superficies lisas en las fundas magnéticas de los tentáculos. El coloración carmesí satinado, logrado mediante un spray de partículas metálicas, captura matices de sangre seca y veneno latente. Cada tentáculo ofrece dos zonas de flexión: una base firme para simular la contracción muscular y una porción distal que ondula con realismo. El sculpt incorpora surcos de fibra ocre, detalle digno de la línea Premium Format de Sideshow, y la base circular con ilustración impresa en offset retoma los bocetos de panel de cómic que acompañaron al lanzamiento de Omega Red Series 1.
En la memoria colectiva, este pack revive ecos de aquella impresionante doble caja de Marvel Legends Kingpin vs Shocker, distribuida en 2015 por TV Store Online. En aquella ocasión, el formato dual reforzó la noción de combate cara a cara. Ahora, la dinámica se perfecciona con imanes y un esculpido más acorde a las proporciones reales de los trajes: War Machine se acerca al realismo militar, Omega Red coquetea con la monstruosidad biotecnológica.
La estrategia de lanzamiento en dos oleadas —primero la Gala, luego Gamerverse— actualiza el ritual SDCC en línea, cuando se agotaban en cuestión de minutos. Mantener viva la tensión entre ambas rondas desplaza la atención de una sola pieza a un abanico de apuestas: ¿vale la pena reservar la Gala si el combate de armadura contra tentáculos redefinirá el stack de vitrinas? Ese conflicto alimenta el pulso del coleccionista, acostumbrado a calibrar presupuesto y espacio.
La ausencia de grandes titulares oficiales —nada de “evento exclusivo” sobre fondo rojo— devuelve al coleccionismo su matiz de expedición solitaria: la navegación concentrada entre pestañas, el scanner de ofertas alternativas en mercados gris, la comparación de fotos de unboxing en redes sociales. Las horas se miden en recargas de stock, la expectativa despierta la soledad de quien ha vendido piezas antiguas para financiar nuevas adquisiciones, y esa mezcla de decisión y suerte se convierte en parte de la narración personal.
En un futuro cercano, otras exclusivas se unirán al desfile de SDCC: Star Wars Black Series mostrará helmets repintados de Mandalorianos legendarios, GI Joe Classified rescatará moldes de los 80 con renovada fidelidad escultórica, Transformers propondrá tercera variante de War for Cybertron con paneles translúcidos. Pero hoy, la Gala del Fuego Infernal y el duelo Gamerverse comparten alma y vitrinas.
Mientras el soporte transparente se desliza entre los dedos y los imanes alinean los tentáculos con pulso certero, el coleccionista recuerda las ediciones limitadas de Marvel vs Capcom de hace dos veranos: pack tras pack, el universo Marvel Legends se ha convertido en la exposición particular de quien no aspira a llenar un estante, sino a narrar un recorrido. Cada molde corrige un defecto pasado, cada brochazo de pintura responde a críticas de foros especializados, y cada pedido anticipado reaviva aquel primer vértigo de añadir una figura al carrito.

MARVEL LEGENDS SERIES GAMERVERSE MARVEL’S WAR MACHINE VS MARVEL’S OMEGA RED / $49.97
Al colocar el Hellfire Gala junto a War Machine y Omega Red bajo la luz neutra de la vitrina, el contraste habla de contraste: elegancia mutante frente a brutalidad armada. No hace falta anunciarlo. Basta un momento de silencio, un giro lento de muñeca y el clic apenas audible de un imán para saber que la colección sigue viva, que mañana surja otra exhibición que reemplace el orden de estas piezas, y que el hilo conductor de esta historia—las figuras mismas—se mantendrán, como siempre, en el pulso de una memoria que no envejece.

Elemento | Detalle narrativo |
---|---|
Escala y articulación | Spider‑Man: 16 ejes; War Machine: 22 ejes; Omega Red: 12 ejes |
Material y esculpido | PVC con vetas metálicas; ABS reforzado en puntos de tensión |
Acabado y pintura | Satén semibrillo; degradados por aerógrafo; capas de partículas metálicas |
Accesorios destacados | Araña cristalina; soporte transparente; imanes para tentáculos |
Packaging | Window box con relieve; inserto de portada Krakoa en cartón táctil |
Herencia de líneas anteriores | Black Light, Modular Armor, Classics, Premium Format |